Un año más celebramos el «El Día de Todos los Santos» y este año es un día difícil para muchos de nosotros ante la difícil situación que nos ha tocado vivir con la pandemia de Covid 19. Este es un día donde años atrás nos desplazábamos para reencontrarnos con el recuerdo de los que ya no están presentes entre nosotros y honrarles con nuestra visita a los cementerios y llevarles flores para que no se apague nunca esa llama de nostalgia ante su pérdida de años, meses o días atrás.
Una gran tristeza recorre los pensamientos de gran parte de la población ante la imposibilidad de poder visitar y engalanar sus lápidas debido a la prohibición de poder desplazarnos de unas comunidades a otras y que hace que este año, ese viaje hacia el recuerdo de los momentos vividos junto a los que ya no están entre nosotros cause un vacío difícil de suplir. Pero por el bien de todos siempre nos queda saber que algún familiar les llevará a la gran mayoría las flores que decoren su alma ante nuestra ausencia este año justificada por intentar frenar esta pandemia que tiñe el mundo de un gris que esperemos que en unos meses se llene del color y de la luz que tanto anhelamos en estos duros momentos.
Pero muchos de nosotros tendremos la suerte de visitar el entramado de las calles de nuestros cementerios para limpiar y decorar sus lápidas para la tranquilidad de nuestros familiares que no han tenido esa suerte de poder visitar las tumbas de sus seres queridos este año pero que les queda la tranquilidad de que alguien lo hizo por ellos. El próximo año si Dios quiere volveremos a visitar sus tumbas, sus calles, sus cementerios y a recordarles como se merecen pero ahora toca «responsabilidad por parte de todos».
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